El azor (Accipiter gentilis) es un ave rapaz perteneciente al orden falconiforme y, dentro de éste, a la familia accipitridae. En España, su estado de conservación lo define como una especie de Bajo Riesgo (LR). Recibe también los nombres de azor común, azor septentrional, azor norteño y gavilán azor.
Es de tamaño mediano (mide entre 48 y 58 cm; bastante similar a un ratonero) y la forma de su cuerpo le asemeja a un gran gavilán o a un halcón, aunque la especie se encuentra realmente emparentada con las águilas. Su envergadura es de entre 100 y 120 cm, y como en todas las aves rapaces, el macho es de menor tamaño que la hembra. Los jóvenes presentan tonos claros: rojizo arriba y amarillo con grandes manchas de color pardo oscuro en la zona de abajo. Los adultos poseen una coloración parda ceniza, de tonos grises y negruzcos en la región superior, mientras que las partes inferiores son blanquecinas horizontalmente barradas en oscuro. Tienen dos manchas blancas por encima de sus grandes ojos y el iris es amarillo o naranja; estas últimas características son algunas de las más evidentes diferencias faciales con los halcones, que carecen de dichas manchas y cuyos iris son oscuros. El azor es un ave especializada en la caza de ecosistemas arbóreos; sus alas resultan cortas para su tamaño, y tienen los extremos redondeados; al mismo tiempo, su cola es proporcionalmente larga, y barreada con 4 ó 5 franjas oscuras. Estas características le permiten una gran movilidad y capacidad de maniobra en un ambiente con mucha vegetación, y sus cortas alas impiden que choque contra la foresta del bosque de forma que es capaz de volar sin problemas en un ambiente denso. Estas características cigenéticas le dieron su valor desde la antigüedad como ave predilecta en cetrería para cazar en el bosque.
Otra característica que comparte con las águilas es la forma de la cabeza y el pico, así como las garras, que son cortas, romas y muy fuertes, ya que el azor (al igual que las águilas) no mata a sus presas desnucándolas con el pico como hacen los verdaderos halcones, sino que lo hacen con la mera presión de sus garras.
jueves, 22 de mayo de 2008
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