Este animal es un reptil carroñero que, para matar, no tiene que atrapar a su presa, sino que basta con que la muerda una vez. Su saliva tiene hasta 82 tipos diferentes de bacterias que provocan una septicemia en su presa, que muere a las pocas horas.
Este dragón es el animal más grande que habita en la isla, por lo tanto, su único enemigo es otro dragón.
Generalmente se movilizan en grupos de 2 a 10 dragones.
Está emparentado con los mosasaurios, un tipo de reptiles marinos que vivieron hace 136 millones de años y que llegaban a medir hasta 17 metros de longitud.
El dragón de Komodo es una especie amenazada y se encuentra en la lista roja de la UICN. Hay aproximadamente 6.000 especímenes vivos. Habita 4 pequeñas islas de Indonesia, Komodo (1.700), Rinca (1.300), Gili Motang (100) y Flores (aproximadamente 2.000).
A pesar de su tamaño, era desconocido para la ciencia hasta el año 1912, gracias al accidente de un piloto holandés que describió a los dragones cuando fue rescatado.
Los Dragones de Komodo no muestran demasiada actividad durante las horas de máximo calor del día, convirtiéndose en auténticos cazadores en las horas crepusculares e incluso a primeras horas de la noche. Se han registrado carreras de corta distancia para atacar a algunas presas que han superado los 20 kilómetros por hora, aunque siempre en pequeñas distancias, utilizando de modo más efectivo el ataque por sorpresa, normalmente junto a fuentes de agua.
Dentro del agua, estos reptiles muestran unas excelentes cualidades natatorias, llegando a desplazarse entre islas con extraordinaria facilidad.
En diciembre de 2006, los científicos británicos descubrieron que las hembras de este saurio, son capaces de reproducirse sin ser fecundadas por un macho, por Partenogénesis.
Los expertos, que relatan su investigación en la revista científica británica Nature, han detectado ese proceso de reproducción asexual, conocido como partenogénesis, en dos hembras de esa especie en peligro de extinción que vivían en cautividad en dos zoos británicos aisladas de los machos.
'Flora', que vive en el zoo de Chester (Inglaterra), puso en mayo de 2006 una nidada de 25 huevos, de los que once parecían ser viables, sin que se la hubiera cruzado nunca antes con un macho de esa especie. Tres de los huevos se malograron, pero los otros ocho continuaron desarrollándose con normalidad. El periodo de incubación en esa especie oscila entre siete y nueve meses. Nacieron cinco crías el 25 de enero de 2007 [1].
'Sungai', que vivía en el zoo de Londres, puso huevos dos años y medio después de su último contacto con un macho y sus crías, que nacieron siete meses y medio después, se encuentran sanas.
Los científicos, dirigidos por Phill Watt, de la Universidad de Liverpool, sometieron a "pruebas de paternidad" a la nidada de ambas hembras y descubrieron que el genotipo combinado general de la camada reproducía exactamente el de su progenitora, es decir, que 'Flora' y 'Sungai' eran a la vez "padre" y "madre" de las crías.
Según Kevin Buley coautor del artículo "Aunque se sabe que otras especies de lagarto son capaces de fecundarse a sí mismos, ésta es la primera vez que se tiene constancia de ese proceso en un dragón de Komodo".
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